martes, 19 de marzo de 2013

Asanas (I)

Sarvangasana
Historia de la Asana

Según los últimos descubrimientos del Instituto Escandinavo de Estudios Asiáticos, se confirma el Yoga con origen hindú y, por antiguas piezas arqueológicas, le asignan una antigüedad que fluctúa entre los 3.000 y los 5.000 años antes de Cristo. Pero fue en el siglo XVI D.C con el advenimiento del denominado Hatha Yoga, cuando la asna empezó a tomar un papel tan protagonista en el método, pareciendo los llamados manuales de Yoga: La Hatha Yoga Pradipika, la Geranda Sanhita, o Goronda Shalata, donde la asana y el pranayama se plantean casi como elementos independientes del método de los ocho miembros (Asthanga Yoga), planteados como ascesis capaces de alcanzar, por sí mismos, la liberación.

Los tratados serios del Yoga insisten en que el único propósito de la práctica de la asana es el control de los obstáculos de naturaleza, en el sendero espiritual hacia la reintegración

Filosofía que soporta la asana

El Yoga plantea un método psico-físico que atiende al cuerpo y a la mente. Para ello, Patanjali propone el método del Asthanga Yoga (ocho miembros en ocho ramas). Dicha propuesta consta de yamas y niyamas como un primer bloque, conocido con el nombre de ayudas internas.

El segundo bloque es el constituido por las posturas (asanas), el pranayama (control de la respiracion) y la retracción de los órganos de los sentidos (pratyahara). Son conocidos con el nombre de ayudas externas.

El tercer bloque es el formado por disciplinas tales como la concentración (dharana), la meditación (dhiana) y el éxtasis (samadhi). Esta últimas son conocidas con el nombre de samyama (vehículo / ir juntas), y son concebidas para realizar el trabajo con la mente, en su sentido más amplio.

En el método del Yoga, la asana por sí misma no libera, no ilumina ni acarrea el samadhi, ni despierta la kundalini, ni tampoco los chakras. La asana sólo es un medio para que técnicas del samyama puedan propiciar un acercamiento o aproximación al samadhi.

Corrientes posteriores del pensamiento sincrético del hinduismo le atribuyen a la asana el despertar de poderes maravillosos y mágicos, aunados al despertar de fuerzas internas, asociadas al despertar de la conciencia. Se considera que aquel que alcanza  la maestría en la asana conquista los tres mundos (Trishikhi Brahmana Upanishad-S2)

La práctica de posturas

La asana debe ser practicada según la guía de un gurú, que es el representante viviente de una tradición de muchos miles de años, cuya perpetuación se ha realizado por vía de la enseñanza oral.

Es una norma observada por todas las escuelas de Yoga la práctica de la asana siguiendo las indicaciones que compilara Patanjali de estable y confortable. Por estable quiere decir inmóvil.

Otra indicación que debe seguirse es que se deberá procurar la ingesta de pocos alimentos cuando se vaya a practicar, o al menos no haberlo hecho durante las cuatro o cinco horas anteriores a su realización.

El lugar de la práctica deberá estar alejado del ruido, ser luminoso, cálido, evitándo los sitios oscuros y húmedos.

El Hatha Yoga es el Yoga del esfuerzo y las asanas representan lo más próximo al ideal. Dicho esfuerzo es en dos niveles, uno a nivel corpóreo y otro a nivel mental.

Dentro de la práctica del asana existe la obtención de la maestría en la asana, que consiste en permanecer durante tres horas en una postura, lo cual sólo debe hacerse bajo el asesoramiento de un gurú.

Carlos Moreno
Instructor de Yoga

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