Crisis, depresión, pobreza, desempleo, desahucios, injusticias. No son meras palabras, son situaciones con las que, tristemente nos hemos acostumbrado a vivir. Y los que lo sufren no son simples números. Detrás de cada persona afectada por la crisis hay una historia de sueños y esperanzas arrasadas en un abrir y cerrar de ojos. No hay actualmente conversación con amigos, familiares o compañeros de trabajo en las que no aparezcan estas malditas palabras.
En otras ocasiones he comentado como esto puede afectar al acceso a la cultura y a la tecnología, creando ciudadanos de segunda y tercera categoría. Ciudadanos que no pueden disfrutar de un buen libro, de ir al cine o de comprar la última tablet o iphone.Y una de las razones es que sus prioridades y necesidades se encuentran en poder alimentar a sus familias o evitar ser desahuciados, algo que creíamos casi desterrado de nuestras sociedades. No lo olvidemos cuando tengamos en nuestras manos el último éxito editorial o el nuevo Ipad.
Sin embargo, hay ocasiones en las que surgen proyectos que permiten vislumbrar un pequeño rayo de esperanza, por lo menos en lo referente a la cultura. No hablamos sino de la librería madrileña Libros Libres. Es muy probable que hayáis odio hablar de esta iniciativa, ya que ha tenido una considerable repercusión mediática. Ya sea en radio, televisión o Internet, son numerosos los medios que se han hecho eco de este proyecto.
Pese a esto, era ineludible traer Libros Libres a Avance cultural. Resulta gratificante, tras analizar en anteriores artículos iniciativas virtuales como la Bilioteca Mundial de la UNECO o Libroscompartidos.com, dedicar unas líneas a mis queridos libros de papel.
Libros Libres, con poco más de seis meses de andadura, nace de la mano de Grupo 2013 y se basa en The Book Thing, proyecto que lleva funcionando desde el año 1999 en la localidad estadounidense de Baltimore. Con un fondo proveniente de donaciones privadas, de organizaciones y pequeñas empresas, su filosofía es muy simple, promover entre la sociedad la cultura y un hábito tan saludable como es el de la lectura. Como ellos mismos afirman en su web, todos aquellos que se acerquen a la librería podrán llevarse “todos los libros que quepan en tus bolsillos” sin coste alguno y con el único requisito de un sello indicando que “Este libro es libre, ni se compra ni se vende”.También podemos colaborar con ellos convirtiéndonos en socios por una pequeña cuota anual de 12 euros. Es la combinación perfecta: solidaridad y cultura.
Sólo queda esperar que proyectos como Libros Libres, surgidos en la peor de la crisis, tengan la continuidad necesaria y sigan funcionando una vez salgamos de la misma. Sería señal de que hemos extraído alguna enseñanza positiva y hemos cambiado, aunque sólo sea un poco, nuestro sistema de valores.
Eso es todo por ahora amig@s. Nos vemos en el camino...
Francisco Arellano
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